La doble vara judicial

En la justicia argentina la doble vara tiene su mayor exponente en la doble vara judicial. Mientras para algunos vale la Doctrina Irúrzun, para otros no corresponde. Pareciera ser que el poder residual es solo de los que no están y no de los que están.

El ex vicepresidente Amado Boudou volvió a la cárcel después de casi un mes de estar libre. ¿Le correspondía volver? Según el Juez y la fiscal, no. Según la cámara de apelaciones sí. Porque en las notas que daba a los medios, podía conmover a la opinión pública. Eso sería el poder residual de la doctrina Irúrzun.

Según ésta todo ex funcionario tiene un poder residual que puede obstaculizar o desviar la actuación de la justicia. Lo triste es que ese poder residual sólo se da en los ex funcionarios y no en los actuales. El poder real es menor que el residual, según esta doctrina, ya que los ex funcionarios tienen más poder que los que están en ejercicio del cargo. De éstos últimos no hay nadie con prisión preventiva y sí con muchas causas.

De esa manera, la prisión preventiva se ha transformado en una forma de sacar de medio rivales mediáticos, que pueden proveer buenas cortinas de humo para tapar una realidad crítica. La doble vara de la justicia se ve en las causas que, algunas se aceleran y otras se desaceleran. Fiscales acusados de corrupción, medios que protegen a dichos fiscales. Maniobras a favor y en contra. Todo en un circo mediático en donde los cinco filtros de Chomsky procesan las noticias más que los propios periodistas.

Algún día la justicia volverá a ser ciega y sin bolsillos para guardar.