La hermosa guerra cibernética de @Betsabeth23

Mi entrega de esta semana versaría sobre el estado de ridiculez en que Donald Trump dejó a sus lacayos en nuestro país, al decretar medidas de seguridad contra cualquier sabotaje cibernético al sistema eléctrico de Estados Unidos.

Desde que el jefe del imperio firmó la citada orden de custodia, los niveles de burla (por ignorancia o por ridiculizar a nuestros dirigentes), disminuyeron considerablemente en las redes sociales, verdaderos antros desde los que se intentó desacreditar la información oficial sobre las causas reales (cibernéticas, obviamente), manipuladas contra el Sistema Eléctrico Nacional el 7 de marzo, para sembrar el caos a escala nacional y coadyuvar con el derrocamiento del Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

En pocas palabras, el mismo Trump los obligó a guardarse la lengua donde cada quien mejor decidió.

Prefiero, en lugar de tan asquerosa teleculebra, centrarme en Betsabeth. No la conozco. No la he visto nunca. Jamás hemos cruzado palabra alguna, pero el contenido de sus textos empleando la cuenta @Betsabeth23, es mucho más valioso que cuanta porquería puedan escribir y escriben por esa red social contra nuestro país quienes siguen atados a los testículos del destructivo poder hegemónico.

Esta compatriota llegó a mí el domingo, cuando hurgaba en la maraña de internet. “Soy madre de dos niños 4 y 7 años! Vivo en piso 10, sin luz y agua todo el día! Hasta hace un rato. Pero con la moral y la sonrisa en alto! por mis hijos por mi Patria! Venceremos”, fue lo primero que leí de su puño y pensamiento.

“Insisto!!! moral y sonrisa en alto!! venceremos!! no se desgasten en intentar ofender o insultar, que eso no lo hace quien quiere, sino quién puede! dios los bendiga y les de mucha paz!”, vi después, en medio de otros mensajes igualmente enternecedores y pletóricos de humanismo real.

Por el amor de mujeres como Betzabeth estamos resistiendo esta embestida maldita de la que, sin duda alguna, saldremos triunfantes y llenos de colosal madurez. Después de este punto y final, me convierto en uno de sus seguidores.

¡Chávez vive…la Patria sigue!