En Netflix: Tu hijo (2018) otra vez la doble moral

Tu hijo funciona como un thriller social que cuestiona con contundencia las relaciones entre padres e hijos

Tu hijo de Miguel Ángel Vivas es una película desagradable. Genera incomodidad desde la primera media hora y esto en lugar de ser un punto en su contra termina siendo un punto a su favor. Se nota que fue filmada con la intención de molestar al espectador, de hacerlo sentir mal hasta llevarlo a reflexionar sobre la que ha sido definida como el  núcleo de la sociedad: la familia.

José Coronado protagoniza este drama lleno de suspenso cuya trama está dirigida a contar la historia de una familia en apariencia común y corriente.

En un mundo donde la comunicación es una realidad cada día más accesible, parece mentira que muchas veces los padres no saben nada de los hijos. La familia perfecta puede ser un espejismo que encubre las más desagradables miserias.

Tu hijo se desarrolla bajo esta idea con perspicacia y crueldad poniéndola frente a nuestros ojos sin eufemismos. El largometraje define una realidad que genera tensión y sobre todo ambigüedad.

Una de las virtudes de la cinta radica en brindarte la posibilidad de vislumbrar diversas perspectivas de un hecho. En un principio es muy fácil desarrollar empatía por un padre que busca justicia, pero en lo que la película avanza comienzas a dudar y a ver la realidad desde otra óptica. Es así que cumple con lo que parece ser su cometido: proponer una disertación incómoda y fastidiosa sobre «lo correcto» y los límites entre lo que se puede aceptar y lo que no.

¿Por un hijo vale todo? ¿De qué eres capaz por defenderlo?  ¿Qué le perdonarías?

Estas preguntas son dardos venenosos en la conciencia sobre todo al final de la cinta porque en realidad (más allá de que te identifiques o no) la respuesta no es muy clara. Al menos no lo fue para mí. La película nos confronta con un dilema moral, el cuál es el causante de muchos problemas sociales.

Tu hijo funciona como un thriller social que cuestiona con contundencia las relaciones entre padres e hijos y sobre todo el -muchas veces- casi inexistente nivel de comunicación que mantienen. Un problema que se manifiesta como la base de los conflictos individuales y colectivos en una sociedad que oculta -la mayoría de las veces- la basura debajo de la cama.

@Luisauguetol