Réquiem para Edith González

La actriz Edith González falleció el 13 de junio en su México natal

Hay gente que no siente respeto por los actores de televisión, piensan que son menos competentes que los que hacen cine o teatro. No es verdad. Hay grandes actores en cine, en televisión y en el teatro. No es el medio. Es la formación y la calidad individual de cada persona lo que importa.

En la televisión la pariente pobre y la victima perfecta de los críticos es la telenovela. Dicen que es un género que poco o nada tiene de artístico. Difiero de esa aseveración. Hay telenovelas de telenovelas, del mismo modo en que hay actores de actores.

Edith González fue una muy buena actriz y su trabajo (el que le otorgó mayor notoriedad) lo hizo precisamente en telenovelas. También hizo teatro en su México natal (fue Aventurera) y participó en series y películas.

En América Latina la conocimos en primer lugar por su rol en la ya clásica Corazón Salvaje (1993) que protagonizó junto a Eduardo Palomo, Ana Colchero, Ariel López Padilla y el genial actor Enrique Elizalde.

En esa producción su actuación es mucho más que correcta, es emocionante y sobre todo verosímil. Eso es difícil de conseguir, actores que parecen tomados por sus personajes, que nos hacen vivir tan plenamente el rol que caracterizan que nunca más volvemos a pensar en ellos (como personas) cuando los vemos en ese territorio de la ficción. Su interpretación de Mónica Altamirano, el personaje escrito por Caridad Bravo Adams, con el paso del tiempo ha afianzado su valía. Los años han demostrado que su caracterización fue única y que esa heroína no se parece a otras que han surgido antes o después.

Corazón salvaje fue una producción muy cuidada, esto se nota sobre todo en el trabajo con los actores. Ninguno parece estar leyendo un libreto, sus acciones, gestos, cada palabra que dicen (y algunas son muy cursis y por ende difíciles de dar por ciertas) son tan reales que logran transmitirlo a la pantalla. Esta telenovela tiene más de veinte años de haber sido filmada y se conserva mucho más fresca que cualquier producción de estos tiempos.

Ese mérito recae en gran medida sobre Edith González, ella es parte vital de esa ficción.

Si Edith González solamente hubiese actuado en esa producción, de igual modo se habría ganado un lugar importante en la historia de la televisión en español. No obstante, hizo mucho más, después de Corazón Salvaje la vimos en incontables producciones. Me encantó su trabajo en Mujeres asesinas versión México. Clara, fantasiosa, fue uno de los mejores episodios de esa temporada.

Los actores tienen una “ventaja” sobre el resto de las personas. Nunca mueren del todo. Al menos no su imagen en las ficciones. Quedan inmortalizados en cada escena que filmaron. Puedes volver a verlos siempre que quieras.

Ante la muerte repentina de Edith González al público nos queda centrarnos en eso. Mueren los actores, nunca sus personajes.

@luisauguetol