Románticas en Netflix: Gente que viene y bah (2019)

La película  fue estrenada recientemente y tiene el espíritu de las comedias románticas ligeras

 

Dirigida por Patricia Font Gente que viene y bah es una adaptación de la novela homónima de Laura Norton. La película tiene el espíritu de las comedias románticas ligeras y cursis aunque también posee alma y estilo: lo que se cuenta es trivial, pero el modo en que se narra tiene ingenio. Estos dos elementos son muy importantes a la hora de enganchar.

Clara Lago y Carmen Maura protagonizan esta cinta sobre el amor y la familia que entretiene desde la primera escena y te permite introducirte en su muy particular universo que (aunque termina siendo un lugar común) genera curiosidad e interés.

En esta época están muy de moda las películas que se estructuran de un modo elemental con arquetipos fácilmente reconocibles. Las cintas filmadas bajo esos parámetros enganchan con más facilidad y el público puede conectar e identificarse con lo que ve en la pantalla. En estos tiempos (igual que en otras épocas, pero en esta a veces es muy evidente) hay películas  que se hacen con toda la intención de gustar y no disimulan a la hora de darle a su target lo que quieren.

Claramente esta cinta está dirigida a un público femenino de menos de treinta años que todavía sueña con el príncipe azul. Un príncipe más urbano, pero príncipe a fin de cuentas.

Gente que viene y bah, a pesar de Carmen Maura (actriz célebre por participar en cintas densas y muy elaboradas) quien encabeza el elenco, parece haber sido filmada para gustar. La cinta llega a ser muy obvia y esto puede cansarte sobre todo si ya conoces el formato de las comedias románticas clásicas.

Si ya sabes en qué escena se besan los protagonistas en las típicas comedias norteamericanas, quizás esta cinta española no te sorprenda como debería, lo que puede restarle entretenimiento y placer a la experiencia que representa verla. No obstante, la historia de los enredos amorosos y profesionales de Bea (Clara Lago) y su familia (sobre todo de su madre interpretada por Carmen Maura) no llega a cansar del todo. Entre sus lugares comunes siempre se cuela una chispa de decoro e ingenio que la salva.

Los paisajes naturales en que se desarrolla gran parte de la película también influyen a la hora de hacerla mucho más digerible. Además, la naturalidad de las actuaciones juega a su favor.

Gente que viene y bah es como un helado de fresa que debes comértelo de una sola vez con el temor de empalagarte, porque si dejas que se derrita pierde el chiste. Si titubeas corres el riesgo de dejar de verla porque tiene algunos momentos sosos que podrían parecerte imperdonables.

Si quieres disfrutarla no se vale pensar mucho ni pedirle a los personajes que lo hagan. No esperes más de lo que te puede dar y conectarás con esta cinta edulcorada, pero también divertida.

@luisauguetol