TV: Verónica Castro, la nueva víctima del efecto bullying

La actriz de la serie de Netflix La Casa de las flores tiene una carrera artística de más de 50 años

A Verónica Castro la conocemos como actriz y presentadora de televisión desde hace muchos años. Su carrera es ya memoria en el mundo del espectáculo. Resulta curioso, por ejemplo, que en casi todas las series biográficas latinas realizadas recientemente aparece caracterizada. Sus programas de televisión fueron, durante años, el  escenario de múltiples entrevistas con personajes de peso para la industria del entretenimiento en América Latina. Sus telenovelas son parte de la historia del género.

Castro siempre me ha parecido una mujer con  mucha dignidad. Se ha dedicado a hacer su trabajo. Se ha reinventado constantemente,  incluso hace un año realizó la poco convencional serie de Netflix La casa de las flores. Todo un reto para ella que pasó gran parte de su carrera haciendo melodramas.

No tengo una referencia de la señora como una mujer escandalosa. A diferencia de otros personajes del entretenimiento, nunca la he visto lucrar con su vida, aunque por ser una figura pública obviamente conocemos algunos pasajes de su existencia.

Por estas razones me resulta absurdo leer su nombre en titulares relacionados con una conductora de televisión que decidió contar lo que para ella es una verdad.

No voy a ahondar sobre si es cierto o no lo que relató Yolanda Andrade. No es necesario ni es un tema que, como consumidores de cine y televisión, debe importarnos ni de la señora Castro u de algún otro interprete.

Si lo refiero es porque el escándalo que estalló recientemente abrió –de nuevo- un debate sin quererlo: ¿realmente es tan importante la vida privada de los actores? ¿La  vida privada es capaz de eclipsar una carrera?

El bullying al que someten los medios de comunicación y en ocasiones el público a muchos actores es, más allá de un acto que muchas veces se torna cruel, una muestra de frivolidad y tontería.

Si bien es cierto que de algún modo muchos famosos alimentan el morbo y viven de él. Da pena ver a figuras que no participan de eso (porque no quieren, porque son gente mayor que está en otra etapa de su vida como es el caso de la señora Castro) involucrados en escándalos ridículos que son el tema fundamental en infinidad de platós de televisión.

Llama la atención que la vida privada  sea tan importante como para generar infinitas discusiones.

¿Por qué nunca vemos un debate similar sobre la obra de un actor? ¿Por qué no hay un interés por desmenuzar las telenovelas, películas o series que han realizado?

Sería interesante entender el impacto social o cultural de algunas de las ficciones que han llevado a cabo o escuchar a especialistas en el área disertar sobre interpretación, cine, arte o cualquier ámbito relacionado con sus  trabajos.

¿Por qué estos aspectos no son tomados en cuenta?

La vida privada consume el 90% de la atención que se les brinda en los medios y redes sociales a los actores. No importa si acaban de llegar al mundo del cine o si tienen cincuenta años de carrera en televisión como en el caso de la señora Castro.

Ese interés genera un efecto bullying pernicioso que puede hacer mella no solamente en sus carreras, también en sus estados de ánimo. Lamentablemente parece que para muchos es más importante hablar de dónde, cómo y  con quién tuvieron sexo o supuestamente, como en el caso de la señora Castro, se casaron. 

@luisauguetol

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