«Amigos» en la distancia…

No hace mucho, con todo este rollo que existe en el país de que unos se van, otros se quedan, una amiga me escribió un mensaje un tanto subliminal pero a la vez muy cercano a la realidad que vivimos muchos en estos momentos.

Mi posición política es clara y, ella lo sabe, aquí les muestro parte de sus palabras en el escrito: «eres una persona muy querida para mí hasta que sales a defender a quien está destruyendo nuestro país… podría jurar que estás metido en «guisos» y solo por eso sigues defendiendo lo indefendible, PERO, eres mi amigo, alguien que estuvo en momentos muy difíciles para mí y me alegra que no estés viviendo este infierno…»

Digo subliminal porque puedo interpretar lo que en realidad ella quiere decir, ella cree que yo defiendo mi posición porque me pagan, porque me encuentro fuera del país o simplemente porque tengo un «guiso», también digo que es realidad porque de verdad estuve cuando ella me necesito y sin condiciones le tendí mi mano. Luego pudo superar momentos muy difíciles gracias a tantas charlas y consejos compartidos, ella también me ayudó estando en el fondo de una depresión.

Pero bueno, el tema es que nuestra amistad que, hasta ese escrito permanecía intacta, simplemente ya no es la misma, ni lo será por el simple hecho de yo pensar diferente, políticamente, aunque muchísimas otras cosas más nos mantenían unidos como amigos.

Me causo tristeza su actitud, hasta ese día yo había evitado tocar el tema político en el país porque sencillamente muy poca gente tiene ideas para compartir y solo se habla es de problemas y no de soluciones. Su desprecio hacia los que pensamos diferente es evidente en sus publicaciones en redes sociales, aún y cuando yo las leía, decidía no opinar e ignorarlas, y es que se ha sembrado tanto odio en los corazones de los venezolanos que es difícil distinguir quién es quién, mucha gente está irritada, cualquier comentario puede ser motivo de discusiones y peleas, y en mi opinión debería ser todo lo contrario.

No podemos permitir que el barco donde todos navegamos se hunda, juntos podemos seguir navegando, pero gente como ella decidió cortar un pedazo de la nave y salvarse ella sola, no acepta ya opiniones contrarias a la suya, y su intransigencia la llevan a un rumbo desconocido y sin dudas terminará no tan bien.

Desconozco totalmente a esa persona que consideré mi amiga, muy por encima de cualquier estereotipo o posición social que nos diferencie, éramos grandes amigos y ya, pero ya otro gallo canta.

Pero ahora no sé si al menos podré decir que somos conocidos, no me provoca escribirle más preguntándole cómo está, su estado emocional se encuentra a la defensiva y todo parece ser una amenaza para ella, y no hablo de que sea una mujer joven, es una tipa, que se supone debería diferenciar bien las cosas y debería también saber convivir en un mundo cada vez más plural y cambiante.

Como moraleja esto me deja que, aunque tú quieras mantenerte lejos de este tipo de situaciones, siempre ese mal que aqueja a la humanidad, el odio, intolerancia y también el chisme, estarán presentes. Solo de ti depende enfrentarlos y responder: mi querid@ amig@, en vista de que tu actitud hostil ha quebrantado la armonía y estabilidad de nuestra amistad, me veo en la necesidad de congelar nuestra relación hasta que aprendas a diferenciar entre amigos y enemigos, estos últimos son los que te atacan, los primeros son los que se van por actuar como estás actuando. Chao pescao. 

José Miguel Sequera

Estudiante de deporte, futuro entrenador, esgrimista, fotógrafo, fui director de fotografía en la revista +deporte.

"La vida es hoy pero hay que estar listos para el mañana"