La Serie del Caribe aún vive

Finalizó la edición 57 de la Serie del Caribe, San Juan 2015. Vegueros de Pinar del Río, representantes de la Serie Nacional del béisbol cubano, se llevaron todos los honores. A pesar de dejar récord de 3-3, simplemente ganaron los juegos necesarios para hacer historia y devolverle a Cuba un título de Serie del Caribe, la primera desde 1960, cuando en aquella oportunidad ganaron Elefantes de Cienfuegos.

Los cubanos, en la ronda preliminar, de cuatro juegos sólo ganaron uno, a Puerto Rico, y eso le permitió acceder a la siguiente ronda. Ya en semifinales, demostraron que pueden venir de atrás, y demostraron su calidad. Superaron a los favoritos Caribes de Anzoátegui de Venezuela, y en la final a Tomateros de Culiacán.

Para los locales, Cangrejeros de Santurce fue una decepción. No pudieron avanzar a semifinales, pero protagonizaron uno de los juegos más memorables del evento, al dejar en el terreno a Gigantes del Cibao de República Dominicana en la última jornada de la primera ronda, en la fue la despedida de Luis Figueroa.

Un equipo mexicano volvió a jugar una final de Serie del Caribe. Los Tomateros intentaron buscar el tricampeonato e igualar la hazaña de Yaquis y Naranjeros, pero no pudieron ante los inspirados pinareños. Los Caribes de Anzoátegui terminaron con el mejor registro (4-1) pero esa sóla derrota los dejó muy cerca del sueño, de al menos disputar la final.

Cambio de formato… Revive la Serie

La Serie del Caribe ha demostrado tener más de siete vidas. Desde hace décadas se hablaba de una muerte segura, pero «Los Seis Sombreros de Edward de Bono» han hecho sus efectos; es por eso que desde hace tres años, la Confederación del Caribe cambió el formato: le agregó un partido final y desde hace dos años se integró Cuba, primero con Villa Clara y ahora los actuales campeones, Pinar del Río.

Ese cambio de formato le dio más vida al evento, único torneo que reúne a los campeones de las ligas de béisbol de Venezuela, Puerto Rico, Dominicana y México para definir quien es el mejor de la Confederación de Béisbol del Caribe, organización que también debería ser «del Pacífico».

Casualmente cuando la Serie del Caribe estaba moribunda, México ha tenido que ver en ese renacer. En la edición 2013, los mexicanos tuvieron un doble protagonismo, fueron la sede y campeones. Y es que México ha tenido una historia inolvidable en Series del Caribe.

Cuando los empresarios venezolanos Oscar «El Negro» Prieto y Pablo Morales crearon la Serie del Caribe y los primeros miembros fueron Cuba, Puerto Rico, Panamá y Venezuela. Tras diversos problemas políticos, Cuba decide no participar más en el torneo continental, y la Confederación acordó no continuar con los tres países restantes por lo que la serie desapareció por una década; esa primera etapa fue desde 1949 hasta 1960.

En 1970, en Caracas se atrevieron a reanudar las acciones con tres clubes pero sin Panamá y República Dominicana fue la nueva incorporación en la serie, pero la misma fue un verdadero fracaso. La Confederación necesitaba un nuevo equipo, y en 1971 surgió México como el cuarto país en la Confederación, salvándose la Serie del Caribe.

21 años después, en 1992, México volvió a rescatar el evento caribeño porque ningún otro país quería ser sede; dos años antes se habían jugado en Miami pero fue otro gran fracaso. En 1992 le tocaba organizarla a Dominicana pero se excusaron y fue cuando la liga mexicana, llevó la Serie a Hermosillo y en 1993 a Mazatlán, y el evento volvió a revivir.

La historia se repitió en el 2013; la Confederación por fín cambió el formato. La edición de Hermosillo 2013 fue un éxito y lo más particular es que en esa oportunidad el trofeo se quedó en tierra mexicanas. Yaquis de Ciudad de Obregón logró su segundo título en su historia en Serie del Caribe en los últimos tres años, superaron a Leones del Escogido en 18 entradas; ha sido el juego de mayor duración, siete horas y 28 minutos, superando las 6 horas y 13 minutos de 2007 en el juego Venezuela y Dominicana.

Desde entonces la Confederación ha luchado para mantener la tradición de la llamada «Pequeña Serie Mundial Latinoamericana». Decidieron incluir a Cuba -como invitado- desde la edición 2014 en Margarita y el evento ha revivido nuevamente. Con Villa Clara, el béisbol cubano dejó una mala impresión, pero con Pinar del Río todo ha regresado a su «normalidad», y para eso tenían que ganar la Serie del Caribe.

Desde La Plaza / Joel Paulo Chartez