Todos los fenómenos extraños de 2013 son coherentes con cambio climático

Los numerosos fenómenos climáticos extremos vividos en 2013 son «indicadores coherentes» de la evolución del clima debida al calentamiento global, sostiene el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado este lunes.

La OMM, una agencia de la ONU establecida en Ginebra, destaca «el impacto considerable de las sequías, olas de calor, inundaciones y ciclones tropicales» y señala que 2013 «se sitúa en el sexto lugar, empatado con 2007, de los años más calurosos jamás registrados, confirmando la tendencia al calentamiento observada a largo plazo».

«El número de fenómenos extremos ocurridos en 2013 corresponde a lo que cabía esperar en este contexto de cambio climático debido a causas humanas», reza el informe.

La agencia mencionó específicamente fenómenos como el frío extremo en Europa y Estados Unidos, las riadas en India, Nepal, el norte de China, Rusia, Europa central, Sudán y Somalia, la nieve en Oriente Medio y una fuerte sequía en el sur de China y en Brasil.

«Hemos asistido a precipitaciones más abundantes, a olas de calor más intensas y a una agravación de los daños causados por las tormentas y las inundaciones en la costa, debido al aumento del nivel del mar. El tifón Haiyan, en Filipinas, es una trágica ilustración» de esto, dijo el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.

«El calentamiento global no está teniendo ninguna pausa«, dijo, incidiendo en la aceleración del calentamiento de los océanos, que ha alcanzado niveles más profundos.

«Los gases de efecto invernadero están en un nivel récord, lo que significa que nuestra atmósfera y nuestros océanos seguirán calentándose en los próximos siglos«, alertó.

La temperatura media en la superficie del globo, incluyendo tierra emergida y océanos, fue de 14,5° centígrados (C) en 2013 , medio grado por encima de la media en el período 1961-1990, y 0,03°C más que en la década 2001-2010, detalla la OMM. Ésta ya fue la década más cálida, según los registros.

Algunos expertos creen que a este ritmo, en 2100 la temperatura del planeta habrá aumentado en 4 grados o incluso más, lo que acarreará sequías más graves, inundaciones, tormentas y hambrunas.

 

Desde La Plaza / AFP / AH