Captagon, la droga sintética que consumen los yihadistas del Estado Islámico

Yihadistas del Estado Islámico consumen una anfetamina que los impulsa a cometer sus aberraciones: el Captagon. 

Esta es una droga fabricada clandestinamente en la frontera entre el Líbano y Siria y se está esparciendo por el Oriente Medio, incluyendo a los miembros de la casa real de Arabia Saudita.

El decomiso de 2 toneladas de Captagon dentro de un avión privado perteneciente a un príncipe saudita en el aeropuerto internacional de Beirut llamó nuevamente la atención sobre esta droga conocida por ser la favorita entre los yihadistas del Estado Islamico.

Según  el servicio de radio y televisión internacional del gobierno de los EEUU, Voice of América, este estimulante sintético fue desarrollado en la década de lo 60 para tratar la hiperactividad y la narcolepsia (acceso de sueño de carácter patológico). A pesar de que se prohibió su uso  en la década de 1980, la droga sigue produciéndose de manera clandestina en el Líbano, Turquía y sobre todo en Siria, llegando a ser la droga más popular en la región.

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De acuerdo con una investigación de Reuters, el colapso de la infraestructura estatal,  el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados durante los casi tres años de conflicto, han transformado a Siria en un importante centro de producción de drogas, en especial de Captagon.

Según indican reportes de prensa,  los yihadistas recurren muy a menudo a dicha anfetamina ‘mágica’, que aumenta su fuerza y ​​destreza en la batalla, les otorga la impavidez y la brutalidad bestial con la que realizan sus atrocidades: violaciones, decapitaciones y crucifixiones.

Lo más alarmante  es que la droga se utiliza también por niños de 12 años y mujeres en la vida cotidiana. Esas píldoras ayudan, por ejemplo, a permanecer alerta durante los exámenes, perder peso o simplemente combatir el aburrimiento. «Mi teoría es que el Captagon aún conserva la apariencia de respetabilidad médica», explica el doctor Justin Thomas refiriéndose al atractivo de la droga en ese país. «No puede ser vista como una droga o narcótico, ya que no está asociada con fumar o inyectarse».

El Captagon, que es barato y fácil de producir, «en los últimos años se ha convertido en la droga favorita en Oriente Medio», señala por su parte «El Cofidencial»  citando a fuentes de la zona familiarizados con el asunto. Y aunque su precio lo hace popular entre los jóvenes libaneses, los principales compradores, según el rotativo, son «los árabes del Golfo».

DesdeLaPlaza.com/RT/WG