La «Operación Centauro» y la beatificación de Monseñor Arnulfo Romero

Monseñor Romero fue beatificado este sábado en la capital de El Salvador ante cientos de miles de devotos y presidentes de varios países reunidos en la plaza Salvador del Mundo.

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Su caso conmocionó a toda América Latina, recordando su lucha por los oprimidos y los más pobres, así como su trágica muerte frente a decenas de feligreses.

Monseñor Romero y otras víctimas jesuitas fueron asesinadas en El Salvador, como parte de la denominada «Operación Centauro», plan que tenía como objetivo el asesinato de religiosos sospechosos de colaborar con la insurgencia salvadoreña.

Según un artículo publicado por Dan Williams, en la agencia británica, Reuters, entre los autores intelectuales del asesinatos del cuarto arzobispo de El Salvador se encontraba el entonces embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo, mejor conocido por el pueblo salvadoreño como «El Matacuras» quien se encargaba de informar a los servicios de inteligencia sobre las víctimas.

Treinta años más tarde se conoció que el autor material del crimen fue Marino Samayoa Acosta, miembro del equipo de seguridad del exdictador Arturo Armando Molina, el francotirador recibió 114 dólares por cumplir esta vil misión.

El Matacuras: 

Según investigaciones del Senado estadounidense el 31 de enero de 1990, la Operación Centauro implicaba a agentes cubanos residentes en Miami y al embajador de Venezuela, en El Salvador, Leopoldo Castillo, de quien se dice ya había trabajado en la fuente de los servicios de inteligencia que no tardaron en identificar a los seis jesuitas asesinados.

La investigación formó parte de la investigación que realizó el senado estadounidense tras la nominación de Roger Noriega como subsecretario de Estado para América Latina.

Noriega estaba presuntamente conectado con Elliot Abrahams, John Negroponte, Roger Maurer y Oliver Norh, quienes estarían implicados en la Operación Centauro y, según la investigación, Leopoldo Castillo formaba parte del servicio de inteligencia de este grupo.

Castillo, según cita la prensa salvadoreña y el artículo de Reuters, fue bautizado por la colectividad de ese país como «El Matacuras», a raíz de estos sucesos que perduraron al menos durante doce año y que cobraron la vida de más de 75.000 civiles durante la dictadura de 1980 hasta 1992.

DesdeLaPlaza.com/Aporrea/Glomedia/Reuters/NCH