X

Un domingo para comparar

El domingo se realizó la instalación del Consejo Presidencial de la Juventud y Estudiantes, un espacio ganado por la juventud y el movimiento estudiantil  venezolano para  hacer y ser parte activa del Gobierno Nacional; logrando trascender tradicionales esquemas de gobierno representativo para dar paso a nuevas instancias de coordinación colectiva en el diseño, ejecución, seguimiento y control de políticas públicas.

Y mientras reinaba la alegría, la frescura y el ímpetu de la juventud en el Poliedro de Caracas,  paradójicamente ocurría algo completamente distinto en algunos pocos lugares del país, en los cuales se llevaba a cabo el proceso de elecciones internas de la Mesa de la Unidad Democrática. El contraste de estos dos hechos es un interesante ejercicio de comparación entre dos visiones de mundo, dos proyecciones de país y dos formas de hacer política bien diferentes.

Leer además: Primarias PSUV: Ejecutó 33 asambleas y juramentó a 288 candidatos de los 1.162

Las elecciones internas de la Mesa de la Unidad Democrática MUD, ocurrieron como un proceso amputado ya que se realizó únicamente en 12 estados de los 24 que conforman el territorio nacional, situación que empeora al evaluar la participación en función de circunscripciones electorales pues en este caso no se llega ni a la mitad, solo en 33 de las 87 circunscripciones, lo que viene a ser un minúsculo 37%. Por su parte el Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV, realizará sus comicios internos para la elección de candidatas y candidatos a la Asamblea Nacional el próximo 28 de junio en las 87 circunscripciones electorales distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional.

 

Esto demuestra en primera instancia las grandes diferencias en el entendimiento de la democracia en términos electorales, pues si bien ambas toldas políticas participan en mecanismos internos para la selección de candidatos, y ambas cuentan con el apoyo del Consejo Nacional Electoral, se puede apreciar como difieren desde la génesis de las postulaciones hasta los límites de lo que se decide democráticamente y lo que no (arbitrariedad en la decisión de cuáles circuitos se someten a las primarias y cuáles no). Mientras el listado de candidatas y candidatos a las internas del PSUV surge como producto el debate y consenso de sus bases a través de asambleas en cada UBCH, en el caso de la MUD las opciones están preestablecidas y condicionadas a las capacidades materiales que tengan los aspirantes, pues para participar en las primarias debían cancelar cierta suma de dinero. No es lo mismo ELEGIR candidatas y candidatos que SELECCIONAR nombres en una lista.

Revisando otros datos podemos comparar también los niveles de participación tanto de la juventud como de las mujeres.

La comparación de los niveles de participación de la juventud en ambos comicios refleja, por una parte, la confianza que deposita la Revolución en las y los jóvenes, el  cambio paradigmático sobre el papel de la juventud en el hecho político, el salto de ser simple objeto de la política a ser sujeto político con capacidad de acción, con incidencia en los espacios de poder y en la toma de decisiones (tal como se mencionaba inicialmente en relación al Consejo Presidencial); y por otra parte refleja la mezquindad de la oposición venezolana que lejos de buscar un cambio en la situación país, persigue acomodar su sitio en el país, perpetuando  su enquistamiento en espacios políticos.

La existencia de una oposición es no solo sana sino necesaria en un sistema democrático, esa correlación de fuerzas puede incidir de formas positivas siempre y cuando se trate de una oposición responsable, consistentemente democrática, con un profundo amor patrio, que canalice sus diferencias con el Gobierno de manera pacífica, con planteamientos propositivos ante sus inconformidades.

Esa oposición no existe ni existirá nunca en el país mientras los fósiles de la derecha venezolana continúen apareciendo en tarjetones, manipulando a las y los jóvenes de oposición, entregando la juventud como carne de cañón cada vez que les es conveniente. Los irrisorios niveles de participación de la juventud dentro de las elecciones internas de la MUD demuestran que no existe voluntad política para el diálogo generacional y que por lo tanto el anhelado cambio de la oposición es un simple salto atrás en el tiempo, donde esas jóvenes y esos jóvenes no tienen relevancia alguna.

Aún más alarmantes son los niveles de participación de las mujeres en estos comicios internos, evidentemente banderas de lucha como la paridad política no significan absolutamente nada en la MUD; y es que no puede ser de otra manera, porque reconocer y encarnar la lucha por la igualdad de género es un acto absolutamente humanista, cargado de gallardía, de historia patria, de profundos sentimientos de igualdad y justicia social, es un grito que suena como Argelia, como Josefa, como Luisa…. Y nada de eso encontraremos en las sillas que rodean esa Mesa de la Unidad. Tan solo el 10% de candidaturas corresponde a mujeres, de las cuales ninguna es menor de 30 años, de hecho solo 2 entran en el rango de menores de 35 años de edad, es decir que la mujer joven tiene a lo sumo un 1,8% de participación (extendiendo hasta los 35 años la consideración de juventud).

Leer además: 60 % de postulados del Psuv para las primarias son mujeres 

Pertenecer a la Generación Chávez es un gran orgullo, una gran responsabilidad,  pero sobre todo un enorme reto; ojalá esta generación de oro pueda encontrar, en algún momento no muy lejano de la historia, interlocutores contemporáneos en la oposición.

DesdeLaPlaza.com /Ana Cabezas

Related Post