Tras la emotiva despedida pública de Gustavo Cerati en la Legislatura porteña y la ceremonia privada en la que participó su círculo de amigos y familiares. Ahora, todas las personas que lo deseen pueden darle el último adiós al músico, en el cementerio de la Chacarita.
A tan sólo 50 metros de la capilla, se encuentra el Panteón de la Merced, un sector peculiar y poco conocido de este lugar sin embargo tan emblemático de la Capital Federal.
Al ingresar al edificio de tres pisos, podrás escuchar música funcional que, conectado con los espacios verdes logra calmas las emociones encontradas. Los restos del músico están en el primer piso, sector de nichos especiales extraordinarios, precisamente en el número 2912.
Un promedio de 150 personas visitan a Cerati cada día. Se acercan fanáticos de todas partes de Latinoamérica, en especial de Chile, México y Venezuela, según revelan los encargados.
El tiempo de permanencia frente al nicho no puede extenderse más de 5 minutos. Y, lógicamente, está prohibido escribir en la lápida, cantar, escuchar música ni tocar la guitarra. Sólo es posible llevar flores. Todos los demás regalos que la gente deposita en el nicho son retirados y entregados a la familia.
Jorge, encargado del cuidado de la galería donde descansa el músico, confeso a un medio argentino que «lo que más me impacta es cuando la gente se va llorando… Se van agradecidos por haber podido verlo, uno los ve y parece que tienen una felicidad»
Desde La Plaza/ Infobae/ SE