Santa Inés, patrona de las jóvenes, las novias y la pureza

Santa Inés es la patrona de las jóvenes, las novias, las prometidas en matrimonio de la pureza y de los jardineros. En relación a la Santa surgió la costumbre de los corderos blancos, cuya lana se utiliza para hacer los palios de los Arzobispos.

Según la leyenda, Santa Inés era una joven hermosa, rica y pretendida por muchos nobles romanos. No aceptó a ninguno, aduciendo que ya estaba comprometida con Cristo y fue acusada de ser cristiana.

Santa Inés fue llevada a un prostíbulo, pero unos ángeles y señales celestes la protegieron. Entonces la pusieron en una hoguera que no la quemó. Finalmente, fue decapitada en el año 304.

Constantina, la hija de Constantino, le edificó una basílica en la Vía Nomentana y su fiesta se comenzó a celebrar a mediados del siglo IV.

De acuerdo al tratado de San Ambrosio sobre las vírgenes, se lee que por tradición se sabe que Santa Inés murió a los 12 años. Antes de su martirio se mantuvo “inalterable al ser arrastrada por pesadas y chirriantes cadenas”.

No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria… Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas las leyes naturales”, expresó San Ambrosio.

Se dice que el verdugo hizo lo posible para asustarla y atraerla con halagos porque muchos desearon casarse con ella, pero Santa Inés respondió: “sería una injuria para mi esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que puede ser amado con unos ojos a los que no quiero”.

La Santa oró y doblegó la cerviz ante el verdugo que le temblaba la diestra para dar el golpe, pero ella permanecía serena. “En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio”, concluyó San Ambrosio.

A Santa Inés se le representa como una niña o señorita orando, con diadema en la cabeza y una especie de estola sobre los hombros, en alusión al palio. Va acompañada de un cordero a sus pies o en sus brazos y rodeada de una pira, espada, palma y lirios.

Oración:

Gloriosa Santa Inés, virgen y mártir. El testimonio de tu amor a la virtud y la valiente confesión de tu fe han sido admirables. ¡Cómo supiste despreciarlo todo y a todos por Dios! Ayúdanos a valorar justamente todas las cosas y circunstancias de la vida y dános fortaleza para vivir consecuentemente y en fidelidad. Vemos tu vida y te admiramos. Ayúdanos a imitarte. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

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