¿Qué hacer con los hipopótamos de Pablo Escobar?

los hipopótamos de Pablo Escobar
los hipopótamos de Pablo Escobar

Especialistas plantean desde la donación hasta la eutanasia

Más de dos décadas después de la muerte del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, su legado sigue generando polémica; esta vez se trata de un grupo de entre 30 y 50 hipopótamos que, abandonados a su suerte, dañan cultivos y amenazan al ganado, y a los agricultores, pescadores y pobladores de la zona.

Escobar hizo trasladar toda una serie de animales a su Hacienda Nápoles, cerca del río Magdalena, en el departamento de Antioquia.

Tras su muerte,  la Dirección Nacional de Estupefacientes colombiana incautó los bienes de Escobar e hizo entrega de los animales a otros zoológicos, pero a los hipopótamos los dejaron allí. Desde entonces, los animales se han reproducido de forma exponencial y se han convertido en un dolor de cabeza sobre el que ambientalistas y autoridades de la zona quieren llamar la atención.

Si bien el problema no es nuevo, la necesidad de solucionarlo sí es cada vez más urgente. La pregunta que surge es: ¿qué se puede hacer con los hipopótamos de Pablo Escobar?  Y BBC Mundo se la planteó a varios expertos.

Donación a otras entidades de cuidado de animales

Los hipopótamos no son animales nativos de América Latina. Lo que empezó siendo una pareja, se ha multiplicado y ahora rondan por las cercanías de la Hacienda Nápoles sin grandes sobresaltos para su apacible vida.

Devolverlos a entidades que estén en zonas más habituales para ellos, es una opción, pero no porque los hipopótamos estén desadaptados o en peligro por estar donde están, sino que son ellos los que suponen un peligro para el entorno.

«Son animales sumamente agresivos, su manejo y mantenimiento no es fácil, hay riesgo para los operarios y su alimentación es muy costosa», expresó Carlos Valderrama, veterinario de webconserva.

David Echeverri, biólogo que trabaja en la Corporación Autónoma Regional de las cuencas del río Negro y Nare (Cornare), dijo que  «estos hipopótamos no tienen estrés por alimento porque están rodeados de comida, no tienen estrés climático ni depredadores que los amenacen, están tranquilos».

Se han realizado numerosos intentos para trasladar a los mamíferos semiacuáticos a zoológicos o entidades del país o del extranjero, sin éxito.

«Esa sería la opción ideal», asegura Carlos Valderrama, veterinario de Webconserva.

«Desde 2005 hemos estado intentando buscarles sitio de reubicación, pero nadie nos recibe fuera ni dentro del país», explica Valderrama. «Son animales sumamente agresivos, su manejo y mantenimiento no es fácil, hay riesgo para los operarios y su alimentación es muy costosa».

Esterilización

Otra posibilidad es esterilizar a los hipopótamos para que no continúen multiplicándose sin control.

Germán Andrade, del Instituto Humboldt, opina que esto sólo serviría para contener el aumento del problema pero no solucionaría el riesgo que suponen los que ya están.

Además, el proceso de castración implica un trabajo y unos costos que complican que sea una acción factible.

Esteban Payan, Director Regional del Programa del Jaguar del norte de Sudamérica para Panthera, organización de conservación de felinos salvajes, expone que dormir con anestesia a cada uno de ellos para hacer el procedimiento cuesta una enorme cantidad de dinero, y además, «hay más del 50% de posibilidades de que el animal muera».

«No hay plata y si la hubiera no se debería dedicar a los hipopótamos porque no pertenecen a la fauna autóctona», le responde Payan a BBC Mundo.

Eutanasia

«No queremos soluciones drásticas ni buscar soluciones facilistas. La eutanasia es una opción que contemplaremos pero antes hay que agotar todas las demás», expuso David Echeverri, biólogo de Cornare.

Finalmente, la tercera opción, y más plausible, es el sacrificio o eutanasia de los animales. Sin embargo, nadie parece dispuesto a tomar esta decisión.

En 2009, la persecución y posterior muerte de un hipopótamo conocido como Pepe, que rondaba en las cercanías de la hacienda, causó gran indignación nacional más allá de la población ambientalista del país.

Y es que la reacción de la opinión pública es muy temida por los responsables relacionados con este dilema. Basta recordar el escándalo mundial que generó el sacrificio de la jirafa Marius en el zoológico de Copenhague el pasado febrero.

«Todas las entidades internacionales que hemos consultado (Fundación Disney, WWF, expertos sudafricanos que vinieron en 2010)», comenta David Echeverri, de Cornare «dicen que tenemos un problema grave, una bomba de tiempo, y que la solución es aplicar la eutanasia a todos los animales.

«Nosotros no queremos ser tan facilistas y dar esa imagen al mundo, menos con un animal tan carismático. El país está en proceso de cambio ante el mundo, no queremos dar un titular así en la prensa mundial», defiende Echeverri.

El carisma del hipopótamo es algo en lo que coinciden todos los expertos, y también todos ellos coinciden en aclarar que el hipopótamo es un animal agresivo, territorial, más rápido de lo que parece y muy peligroso para los pobladores ribereños.

Desde La Plaza / BBC/ JT