Hoy se celebra el Día Internacional de la Croqueta

En un mundo con 194 países, en los que se relacionan más de 7 millardos de personas y muchísimas culturas, no es de extrañarse que cada día sea el ‘día de algo’ y sí, aunque suene extraño, los 16 de enero celebramos el día de algo muy sabroso. 

No importa si la prefieres dulce o salada, de pollo, carne, chocolate o jamón… Hasta pescado, hoy celebramos el Día Internacional de la Croqueta, el plato que nunca falla y gusta a la mayoría por su variedad de combinaciones y sabores.

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Primero debes saber que este delicioso plato que puedes comer casi con cualquier cosa tiene su origen en una mesa real de Francia, la de Luis XIV. Un cocinero de Luis el Grande sorprendió a su rey con una croqueta de trufa con molleja de ave y crema de queso, según recoge Laura Conde en “La felicidad en una croqueta”.

Por esta razón, en el Día Internacional de la Croqueta te invitamos a degustar las curiosidades que seguro no conocías de esta delicia crujiente:

Su nombre proviene del francés croquer (crujir) y si lo analizamos un poco no suena tan descabellado por su consistencia crujiente.

Hay croquetas dulces: en numerosos establecimientos encontramos cada vez más croquetas de chocolate, de tiramisú o de frutos del bosque.

Se pueden hacer croquetas relativamente ‘light’: ¿por qué no probar con una bechamel elaborada con caldo de verduras en lugar de leche, pollo y aceite de oliva en vez de mantequilla? O al horno en lugar de fritas.

No frías las croquetas en grandes cantidades. Cuando las croquetas están frías y el aceite está caliente, la temperatura de éste baja y todos nuestros esfuerzos croqueteros caen en saco roto: es cuando se impregnan de aceite, se rompen y no quedan crujientes, sino blandengues, algo que debemos evitar a toda costa si vamos en busca de la croqueta perfecta.

En general hay tres tipologías de croquetas: la pequeñita, del tamaño de una bolita, que es la clásica croqueta de aperitivo, propia de las bodas; la croqueta mediana, la que nos viene a todos a la cabeza, que es la clásica croqueta para compartir; y la croqueta grande o el croquetón, que funciona como plato principal y puede servirse acompañada de una ensalada, por ejemplo, para reducir el nivel de calorías.

Una croqueta jamás se recalienta en el microondas. De hecho, este electrodoméstico es el principal enemigo de las croquetas.

Cada quien tiene su estilo para elaborarlas: hay quien aboga por la combinación huevo + pan rallado, otros prefieren la fórmula pan rallado + huevo + pan rallado (queda una costra más gruesa pero la croqueta no absorberá tanto aceite ni se nos romperá) y quien se decide sólo el  por el pan rallado. No hay reglas mágicas, en realidad la cosa debe ir a gusto del consumidor.

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