Cortázar y el masaje a escala mundial de los mass media

Leyendo a Cortázar me invita a seguir leyendo a Cortázar. A ver, me explico: Releyendo el libro Clases de literatura, Berkeley 1980 de Julio Cortázar encuentro en la séptima clase, la penúltima, que Cortázar habla sobre su proceso creativo y razón de ser de Libro de Manuel, un amplio texto de fuerte contenido político que a Cortázar le costó grandes críticas desde la derecha y la izquierda. Libro de Manuel es uno de los aportes más valiosos de Cortázar al siglo XXI.

Aunque narrativamente su propio autor lo considera “flojo” o “hecho a la carrera”, dado que su proceso creativo se pareció más al del periodismo que al de la propia literatura; lo que le hace romper el molde es su “tentativa de establecer una convergencia entre la literatura y la Historia sin que la Historia o la literatura salgan perdiendo”. Más claro: “Llegar a crear un libro en que los dos elementos –la verdad factual, lo que está sucediendo, lo que sabemos que está sucediendo y lo que podemos inventar- se articulen de una manera armoniosa y que la realidad no salga perdiendo y la ficción, tampoco”.

Libro de Manuel consigue librarse del eterno mal de las novelas con contenido político, sobrevivir a la diatriba: “si el elemento histórico se superpone a lo literario, lo literario sale perdiendo, y viceversa”. Cortázar descubre la forma de mantener ese equilibrio al no interrumpir la acción dramática con lo real, sino incorporando lo real de golpe: literalmente recortando las noticias de los periódicos que impulsan a los personajes y diagramarlas de manera tal que el texto las rodeara.

La época de Cortázar, la del boom latinoamericano, era muy distinta a la nuestra. No existían redes sociales ni vías alternas de comunicación. Lo noticioso era exclusivamente propiedad de los medios de comunicación tradicionales (la televisión, la radio y la prensa) y los grandes dueños de esos grandes medios eran silenciados a punta de billete por los grandes dictadores latinoamericanos. A los artistas que usaban su arte para protestar contra la dictadura eran apresados, torturados, asesinados y desaparecidos. En esa época era inimaginable que un humorista reconocido montara un show en un teatro para lanzar improperios contra la dictadura y saliera ileso de su osadía.

Libro de Manuel es, entonces, un acto de valentía producto de la infinita creatividad de Julio Cortázar. Encontró con un juego aparentemente infantil su vía alterna de comunicación en un momento de verdadera censura. “Presenté así a lo largo del libro algunos personajes que me interesaban porque eran un poco los portavoces de inquietudes personales mías frente al hecho revolucionario mismo, personajes que se plantean el problema de qué va a suceder si en algún momento se da vuelta el juego y cae una dictadura y es sustituida por un gobierno de tipo popular, qué va a suceder en ese momento cuando ellos que han sido los opositores, los que han estado luchando por ese triunfo, se vean en la mesa del poder frente a la decisión de tener que dirigir lo que han conseguido y conquistado”.

Bien, en pleno 2014 podemos decirle a Julio Cortázar que ya no tiene por qué imaginar qué sucedería. Está sucediendo. Costó mucho alcanzarlo, pero aquí estamos, construyendo una Latinoamérica libre, democrática y unida. Y gracias a eso nosotros los mortales ya no dependemos de los tradicionales medios de comunicación y su silencio comprado. Gozarías mucho, querido Julio, presenciando todo esto desde tu amada París.

DesdeLaPlaza.com/Gipsy Gastello

@GipsyGastello