Lo alternativo, deja de serlo

Cuando nos limitamos a ver exclusivamente lo que nos venden a través de los medios de comunicación, todo lo demás que existe lo llamamos “ALTERNATIVO” si no es comercial, y lo vemos casi como un “peor es nada”, esa actitud nos ha llevado a rechazar propuestas alimenticias interesantísimas, productos innovadores y naturales que han existido siempre pero que han sido invisibilizadas por el bombardeo de información que nos lanzan para ocupar nuestras mentes con unos pocos productos, obviamente dependientes de corporaciones transnacionales.

Aun con escasez de dichos productos, nos resistimos a ver lo que tenemos a la mano, la doctrina de consumo ha sido tan violenta y tan bien ejecutada que seguimos llamando “alternativo” lo que nos podría salvar de una crisis alimentaria.

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El “no hay” es la excusa perfecta para justificar la ceguera, la pereza mental nos hace perder las ganas de intentar crear con lo que sí hay, y la crisis se ha vuelto tan mental que en vez de ocuparnos de lo que tenemos, nos seguimos preocupando por lo que no tenemos.

El derecho a elegir no se debe basar en la posibilidad de escoger entre mil marcas de un mismo producto, ni de cien productos de una misma marca corporativa, el derecho a elegir debe partir del hecho de que en igualdad de condiciones sean expuestos todos los productos posibles y sin bombardeos publicitarios lo que creemos que es alternativo deje de serlo y se convierta en algo normal.

Como las variedades de harinas que existen como las de cambur verde, yuca, plátano, ocumo, entre otras, en contraposición de la harina de trigo, aunque debo reconocer que gracias a la escasez del producto antes mencionado el casabe ha tomado un lugar importante, sin perder el miedo de que al solventarse la falta de harina de trigo, el casabe vuelva a quedar de plato de segunda mesa.

Lo alternativo debería ser eso que no se produce en Venezuela, eso que puede ser para darse un gustico de vez en cuando, y no lo de aquí, la dinámica debería ser al revés, a lo mejor esto nos está ocurriendo para que algún día le paremos a lo nuestro y veamos que lo que hay es escasez de ideas, de valores, de apego, de ganas, y que lo que sobra es la comodidad de que todo nos lo den hecho, con etiquetas en otro idioma y con un manual de instrucciones que nos diga, qué es la moda y cómo debemos consumirlo, porque lo que no es “tendencia” lo llamamos alternativo, y lo alternativo no es negocio, porque es de hippies, de come flores, de soñadores, de utópicos, de los que no están en nada, es decir no es “in”.

En este momento la única alternativa y lo que debería ser tendencia es Venezuela y lo venezolano y si no te convences de eso entonces el que no está en nada eres tú.

DesdeLaPlaza.com/Rómulo Hidalgo