¿Crees ser introvertido? ¡No es tan malo como parece!

Ser introvertido no es sinónimo de misantropía o rechazo hacia los demás, ni de timidez, tampoco es ser antisocial, es simplemente un tipo de personalidad que comparten la mitad de las personas en el mundo.

En algún momento ser introvertido se consideró como un desorden psicológico, sin embargo, los psicólogos, contrariamente a la creencia de que los introvertidos son una minoría de gente rara y poco sociable, creen que la mayoría de estas personas son una combinación de introvertido y extrovertido.

Quizá te sientas confundido, pues interpretas la introversión como timidez, y no es así; La timidez es querer evitar el socializar por inseguridad o aprensión, manifestando miedo por la expectativa del juicio social. La introversión es totalmente consciente e incluso disfrutada. 

En occidente las personas extrovertidas tienden a ser mejor valoradas. La sociedad sobrevalora la extroversión, admiran a los que se exponen demasiado, andan siempre en grupo y hacen mucho ruido.

Vivimos en un mundo en el que tenemos Internet y una gran cantidad de redes sociales y muchas personas disfrutan y se alimentan de exponer sus vidas al público para que todos vean lo que hacen, lo que tienen o con quiénes están, sin embargo, cada vez más individuos prefieren mantenerse alejados de todo eso. En la actualidad aún mucha gente piensa que ser introvertido es malo, ¡pero no es así!

No es tan raro como parece

La mitad de la población mundial se identifica a sí misma como introvertida, pero la sociedad continúa insistiendo que la extroversión es «lo correcto», haciendo sentir mal de alguna forma a los que se conocen como introvertidos.

Pueden tener autoconfianza, ser sociables e inspiradores. Si por nombrar a personas conocidas se trata, podríamos mencionar a Mahatma Gandhi y Albert Einstein.

Los introvertidos no son incapaces de tener interacciones sociales, de ser carismáticos, de llevarse bien con otros, de conversar con extraños en la calle, de ir a fiestas o de divertirse, simplemente prefieren no hacerlo todo el tiempo.

Máxima estimulación

El cerebro de una persona introvertida tiene mayores niveles de excitación que los de un extrovertido, por lo tanto, son más sensibles a los estímulos, lo que explica que prefieran no exponerse a situaciones ruidosas y sobreestimulantes.

Con un cerebro que se mantiene excitado la mayoría del tiempo, es sencillo entender porqué un introvertido necesita menos interacciones sociales, más tiempo solo y en silencio.

Cuando una persona extrovertida se rodea de mucha gente, obtiene energía de esas interacciones, parece más activo y feliz mientras más tiempo pasa entre un grupo o una multitud; para el introvertido es todo lo contrario, mientras más tiempo duren sus interacciones sociales más energía se drena, tiene que recargar sus baterías estando solo para poder funcionar bien.

«Quiero estar solo» no significa «No quiero estar contigo»

Para alguien introvertido pasar unas horas del día completamente solo con sus pensamientos, sin tener que interactuar absolutamente con nadie, ni siquiera a través de mensajes de texto, es un oasis de relajación, es una recarga de energía extremadamente necesaria.

Ser introvertido no significa que quieras estar solo todo el tiempo, que odies a toda la humanidad, que seas incapaz de tener amigos, ni todas las cosas extremas que puedan pasar por la mente a aquellos que prefieren salir todas las noches de cada viernes en lugar de quedarse en casa viendo un maratón de una serie o leyendo un libro.

Los introvertidos son capaces de disfrutar y de compartir tiempo con otros, especialmente en grupos pequeños de persona, así como pueden  preferir pasar todo el fin de semana solos con el gato.

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