“Ghosting” o la terrible forma de abandonar a tu pareja que se ha puesto de moda

Todo marcha sobre ruedas. Has quedado varias veces con esa persona a la que has conocido una noche en un bar (o, seamos más modernos, en una aplicación de móvil como Tinder). Habéis salido, habéis cenado, habéis conocido a vuestros respectivos amigos y hasta están planeando hacer una escapada un fin de semana a algún lugar romántico.

La cosa parece que va viento en popa, piensas mientras envías el último mensaje de buenas noches. A la mañana siguiente, no has recibido respuesta. Probablemente porque se habrá quedado dormida, ¿no?. Vuelves a mandar otro mensaje a media mañana y nada. Ni a la hora de la comida. A última hora de la noche decides llamar, preocupado por si ha sufrido algún accidente (o algo peor). No recibes respuesta, ni esa noche ni nunca. Eso es el ghosting.

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Cuando el pasado mes de junio la prensa se hizo eco de la separación entre Sean Penn y Charlize Theron, la prensa empezó a hacerse eco de un concepto que ya existía pero que, hasta entonces, no muchos conocían. Al parecer, la actriz sudafricana había decidido dejar de responder a los mensajes y las llamadas de Penn, que al contrario de lo que ocurría con el ejemplo anteriormente expuesto, sabía positivamente que a su querida no le había pasado nada de nada.

Simplemente, había optado, como tantas personas, por tirar la bomba de humo y dejar que el tiempo explicase al intenso intérprete que lo suyo había terminado.

No es la única, claro está. Según una encuesta realizada por YouGov y el Huffington Post, alrededor del 10% de los participantes habían puesto punto y final a una relación de esa manera. No se trata únicamente de relaciones románticas: es posible que conozcamos a alguien que nos caiga bien, quedemos con él una vez y por multitud de razones –como, por ejemplo, darnos cuenta de que es un plasta increíblemente absorbente– decidamos que no queremos que sepa más de nosotros.

Como explicárselo a la cara es muy difícil (“mira, es que no te aguanto, así que mejor que no nos veamos más”) preferimos dejar de dar señales de vida y que la otra persona entienda lo que quiera.

DesdeLaPlaza.com/El Confidencial.es/AMH