Frontera colombo-venezolana, un territorio cada vez más difícil de controlar

A lo largo de la historia, Venezuela y Colombia se han caracterizado por tener una de las fronteras más complejas del continente, donde el paramilitarismo, el narcotráfico y el contrabando han sido protagonistas de innumerables problemas entre las dos naciones, quienes no han podido clausurar, de alguna forma, los constantes delitos que allí se generan.

Ayer, el presidente de la República, Nicolás Maduro, pidió cerrar por 72 horas el acceso principal por el puente internacional Simón Bolívar, en el pueblo de San Antonio, así como los puentes Unión de Boca de Grita y Francisco Paula Santander de Ureña, sectores ubicados en el estado Táchira, esto a raíz de los ataques que sufrieran cuatro soldados y un civil por presuntos paramilitares en el lugar.

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Con una porosa extensión fronteriza de 2.200 km, la medida tomada por el Jefe de Estado venezolano no es la primera que se aplica entre el territorio que se divide con el país neogranadino, ni mucho menos, el único conflicto que ha derivado un cierre momentáneo del lugar.

Antes de la suspensión del Ejecutivo, la última ocasión que la frontera entre ambos países fue declarada no viable fue en agosto de 2014. El presidente Maduro y su homólogo, Juan Manuel Santos, acordaron por entonces, mediante una reunión bilateral, cerrar el espacio por un mes (con horario de 10 pm a 5 am) todos los puestos de control a lo largo de los 2.200 kilómetros, esto con el fin de atacar uno de los (tantos) problemas que aquejan a este histórico y complejo sitio: el contrabando.

Economías irregulares

Venezuela y Colombia han compartido durante décadas la actividad en la frontera de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible, esto debido a las distorsiones de mercado que han sufrido ambos países prácticamente desde su existencia.

Históricamente el lado oeste (Colombia) siempre ha buscado refugio en su vecino, quien le ha brindado apoyo incondicional y un refugio frente a grandes crisis desatadas en su momento, como los carteles de droga y conflictos bélicos (FARC), sin embargo, desde hace 15 años los neogranadinos han sabido aprovechar productos subsidiados por el gobierno venezolano para venderlos en su país y obtener ganancias monumentales.

Un ejemplo claro del problema que sufren diariamente es el contrabando de gasolina. Según la consultora privada Ecoanalítica, los contrabandistas de combustible pueden obtener una ganancia de 3.000% en la gasolina que trasiegan desde Venezuela a Colombia.

La corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A. ha calculado que por la vía del contrabando se van cerca de 100.000 barriles diarios de combustible.

Estas distorsiones han generado una escasez de billetes de alta denominación en la región limítrofe, donde de acuerdo con una investigación de Ecoanalítica, los contrabandistas pagan hasta 140 bolívares por un billete de 100, lo que facilita su logística para comprar productos en Venezuela que son revendidos en Colombia.

Aun cuando no hay una ordenanza del Banco Central, clientes de bancos en la frontera reportan que las entidades financieras venezolanas han limitado los retiros de efectivo para enfrentar a este problema.

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DesdeLaPlaza.com / FM