El verdadero enemigo de las FAES en el tiroteo aquel

Escuché decir alguna vez, que en política dos más dos no son cuatro, y que las coincidencias no existen. El alerta -realmente eso es-, se me vino a la mente la semana pasada en medio del operativo en el que las FAES frustró el secuestro de un empresario en Caracas, a la altura de la avenida Francisco Fajardo, sector este de la ciudad. ¿Que cuál es la relación entre una cosa y la otra? Lo digo a continuación.

A mediados del mes anterior, ante periodistas nacionales e internacionales, el presidente Nicolás Maduro precisó el comportamiento económico del país a través del mecanismo que llamó autorregulación. Días antes, y también días después, agencias foráneas que nadie puede tildar de chavistas, destacaban en sus portales el cambio que en ese mismo sentido experimenta la nación, luego de estar varios años de capa caída producto del asedio imperialista empeñado en pulverizar nuestros planes soberanos. En algunas de esas notas (en otras no) hasta se evidenciaron nombres -algunos derrotados en sus intentos golpistas-, de quienes decidieron darle a su capital un vuelco nacional.

Obviamente, de seguir así las cosas, a punta de intuición me atrevo a suponer que en cierto tiempo estaremos aterrizando en una plataforma muy diferente a la que padecimos como consecuencia del factor señalado. Y es eso, ¡justamente eso! lo que el enemigo no va a tolerar fácilmente, puesto que significaría su acabose definitivo.

¿Que qué quiero decir? Muy sencillo: Que no descartemos que el suceso mencionado al principio podría estar vinculado a una modalidad en la que el centro de ataque no sea usted ni yo (los limpios de siempre), sino quienes posean cuantiosos bienes y por lo tanto potenciales inversionistas. La intención inicial, y también final de un plan así, sería ahuyentarlos para evitar que sus reales intervengan en un circuito económico que termine siendo diferente al que nos ha llevado el imperialismo.

En tal sentido no está de más recordar que el propio jefe de Estado puntualizó que la ultraderecha financia, desde el exterior, una avanzada contra objetivos económicos.

¿Y qué mejor objetivo económico que aquellos que tienen las cuentas full?, nos preguntamos. No bajemos la guardia. El enemigo no lo hace.

¡Chávez vive… la lucha sigue!