Ver más allá de tus narices

No ver más allá de nuestras narices es siempre un problema, en la vida, pero también cuando hablamos de cine

El cine es muchas cosas: entretenimiento, pasión, diversión, una forma de pasar el rato, pero también conocimientos, reflexión, la oportunidad de vivir por medio de experiencias ajenas.

Hace unos días el autor venezolano Héctor Torres escribió en su cuenta de Twitter lo siguiente: “¿Por qué ver una película que nos hace sufrir? Porque nos permite vivir situaciones que quizás no viviremos, y experimentar (así sea a través del cine) un mayor número de emociones y sentimientos, nos da un rango más amplio de comprensión de la naturaleza humana. De lo que somos”.

El cine también es para eso.

Tomando en cuenta esa idea, se me ocurrió  que no todo el mundo conoce o disfruta películas de distintos géneros, la mayoría de las veces gozamos de cierto tipo de cine y somos incapaces de salir de nuestra zona de confort.

A mucha gente le gusta reír y ve películas para potenciar esa experiencia, otros están casados con el drama o con las cintas de experimentación artística y  jamás ven comedias.

Si te gusta el cine de acción es poco probable que veas cintas de Andréi Tarkovski.

Si te gusta Tarkovski es poco probable que puedas relajar tu mente mirando cualquier cinta de los noventa protagonizada por Jean Claude Van Damme.

Lamentablemente, a veces los prejuicios son más fuertes que las ganas de consumir cine, música, libros o cualquier otroproducto cultural.

No ver más allá de nuestras narices es siempre un problema, en la vida, pero también cuando hablamos de cine, pues limitarnos a cierto tipo de experiencia cinematográfica nos hace perder la oportunidad de movilizar nuestras ideas hacia destinos desconocidos, que pueden ser reflexivos, divertidos, eróticos, triviales.

Esta limitación genera baches, huecos que muchas veces no podemos percibir, pero que aunque tal vez no nos limiten de un modo consciente, nos impiden poseer “un rango más amplio de comprensión de la naturaleza humana” citando de nuevo a Héctor Torres.

Un verdadero cinéfilo disfruta de todos los géneros, busca, alienta su curiosidad para disfrutar de cualquier tipo de aventura fílmica.

A mi me apasionan las historias y no tengo mesura a la hora de disfrutarlas.

Creo que es necesario ver películas de todo tipo: dramáticas, crueles,  divertidas, de risas, frivolidades y acción, también experimentales, innovadoras, de autores con universo propio y directores pletóricos  de lugares comunes.

Todas las historias, incluso las que no están muy bien contadas, nos acercan a las diferentes facetas de la naturaleza humana. Nos regalan una visión, un pedacito de realidad.

En la vida hacen falta los matices, en la real y la que vivimos a través de ficciones, no ver más allá de tus narices, impide conectar con otra realidad que quizás puede mostrarte lo que necesitas en ese preciso instante.

@luisauguetol