Nueve cosas que quizá no sabes sobre el semen

En el mundo hay cosas que por ser parte de la cotidianidad -en este caso de fisiología de los hombres– pasan desapercibidos sin que nos cuestionemos mucho sobre ello… O al menos así es en la mayoría de los casos.

Y aunque la curiosidad mato al gato, el gato murió sabiendo, así que nunca está de más saber algunos datos que podrían poner interesante una conversación aburrida, por eso hoy te mostraremos nueve curiosidades sobre el semen.

Sabemos qué es, de dónde viene y cómo se produce, pero ¿sabías que los espermatozoides usan una especie de casco? Si te intereso continúa leyendo.

Espermatozoides y semen no son la misma cosa

-Los espermatozoides, producidos en los testículos, son tan solo uno de los componentes del semen. A ellos podemos agregarles sustancias producidas por las vesículas seminales y la próstata, por ejemplo. Las primeras aportan fructosa, que sirve como fuente de energía para los espermatozoides; la próstata aporta sustancias que permiten que el semen se licue dentro de la mujer y así movilizarse con el impulso de la fructuosa.

Los espermatozoides tienen casco para trabajar duro

-Esta especie de casco es llamado acrosoma y se trata de una estructura oval que va desde el extremo hasta la mitad de la cabeza del espermatozoide. Dentro de ella hay químicos que permiten que el espermatozoide perfore la pared del óvulo para fecundarlo. Como vemos, el esperma está bien equipado y tiene con qué hacer el trabajo duro por el bien de la causa.

El elegido

-De los 200 millones de espermatozoides que hay en una eyaculación promedio, solo uno será el afortunado de fecundar el óvulo de la mujer. Mucha competencia y una dura batalla, sin dudas.

El semen nunca se acaba

-Aunque con el paso del tiempo el esperma presente cambios en su composición y conformación, el hombre no dejará nunca de producir semen mientras viva. Por el contrario, las mujeres nacen con el número de óvulos que producirán durante toda su vida.

La salud del esperma depende del tipo de dieta

-Hay componentes que resultan fundamentales para la salud de los espermatozoides, como el DHA. De acuerdo a las investigaciones, este ácido graso presente en el salmón hace que el casco del que hablamos antes (el acrosoma) tenga más forma de cono, lo que favorece su entrada triunfal al óvulo, además de mejorar la fluidez del semen y la movilidad de los espermatozoides.

El Wi-Fi y los celulares afectan la salud del semen

-Sí, de acuerdo a diferentes estudios, no deberías trabajar con una laptop conectada al Wi-Fi sobre tus piernas, ni guardar tu teléfono móvil en los bolsillos delanteros del pantalón. Las ondas emitidas actúan como radicales libres, que provocan la oxidación y el daño celular de los espermatozoides. Y lo mismo va para las mujeres. Tomen nota.

Los espermatozoides tienen amigas que los protegen

-Debido a su conformación y a la carga de ADN que llevan, los espermatozoides podrían ser destruidos por el sistema inmune que podría reconocerlos como invasores. Sin embargo, hay un tipo de células producidas en los testículos, llamadas células de Sertoli, que se encargan de proteger a los espermatozoides.

Los espermatozoides disfrutan del frío

-O al menos necesitan vivir a una temperatura menor que otras células. Por ello, los testículos tienen de 1 a 3 °C menos que el resto del cuerpo.

Una cucharada de semen tiene tantas calorías como la clara de un huevo. Bien, una eyaculación típica contiene unas 20 calorías. Vale decir que contiene unos 150 mg de proteínas, 11 mg de carbohidratos y 6 mg de grasas, entre otras cosas. Eso quiere decir que si… no, no quiere decir nada.

Estas son solo algunas de las curiosidades sobre los espermatozoides y el semen. Claro que hay otras cosas que no mencionamos, como el hecho de que hay hombres alérgicos a su propio semen o el debate sobre si el semen es antidepresivo o no.

DesdeLaPlaza.com /Ojo Científico /ABD