Cuatro actitudes que condenan las relaciones de pareja

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Para mejorar el estado de las relaciones de pareja, la comunicación es uno de los elementos fundamentales. Sin embargo, el detalle no es sólo comunicar, sino también la forma en que se hace.

Según el experto en psicología y en el tema de matrimonio y relaciones de pareja, Jhon Gottman, es posible determinar la duración de una pareja con más del 90% de precisión con tan sólo observar la forma en que ellos se comunican durante pocos minutos.

Refiriéndose a lo que él ha llamado «los cuatro jinetes del apocalipsis en una relación», Gottman pronostica el rumbo que tomará la relación. Estos cuatro «jinetes» (metáfora representativa del final de los tiempo en el Nuevo Testamento), son: la crítica, el desprecio, la defensividad y el desapego emocional.

1. Críticar

Uno de los primeros errores que se cometen al comenzar una discusión es criticar a la pareja como persona y no el hecho en específico. Para estas situaciones es preferible decir «me molestó que hicieras esto» en vez de «eres un egoísta por hacer eso».

Generalizar y atacar a una persona son maneras de comunicar muy diferentes a las molestias y desacuerdos sobre una actitud tomada en cualquier situación. Las palabras «inmaduro», «inseguro», «egoísta», «manipulador» son calificativos que desatan esta ola de palabras destructivas.

Es importante tener en cuenta que intentar cambiar a una persona o criticarla es definitivamente el primer error que dará pie a otros tantos.

2. Despreciar

En el momento justo en la comunicación entre la pareja empieza a través de la crítica, aparece el desprecio. Para lograr esto no es necesario criticar a la pareja de forma verbal, es suficiente tener gestos, miradas, burlas o hacer comentarios que muestren superioridad o rechazo.

Estas actitudes son la mejor muestra de la frase causa-efecto. Ya que al recibir malos tratos o escuchar malas palabras la otra persona puede responder con desinterés, miedo o falta de atracción.

El conocedor del tema dijo que las parejas que se tratan con desprecio son más propensas a sufrir de enfermedades infecciosa porque su sistema inmunológico es más débil.

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3. Defensividad

Esta actitud es el tercer síntoma de que la relación va para abajo. Esto se demuestra mediante excusas y la negación sobre la responsabilidad que se tiene con las conductas mencionadas anteriormente. El estrés, los problemas en el trabajo y la ausencia de tiempo, son algunas de las razones que la pareja utiliza para refugiarse y evadir la responsabilidad de sus malos actos.

Es posible que la persona que está a la defensiva trate de culpar a la otra persona y hacerse pasar como la víctima.

La investigación realizada por Gottman mostró que no sólo importa la forma en que pelean las parejas, sino las herramientas que utilizan para reconciliarse. «Los matrimonios se tornan estables a través del tiempo si las parejas aprender a conciliar con éxito después de una pelea». No es el objetivo hacer que los problemas desaparezcan, sino aprender a manejarlos y solucionarlos, es saber pelear.

4. Desapego emocional

En el cuarto «jinete» la pareja prefiere no prestar atención a la situación en vez de afrontar los problemas. Resignarse ante los conflictos trae como consecuencia la permanencia de las relaciones por comodidad, temor, apego, mas no por amor.

Pero Gottman señala que las parejas que alcanzan la cuarta etapa suelen durar más tiempo. Cuantitativamente, se concluyó que con las tres primeras etapas la pareja se divorcia 5 o 6 años después de la boda, pero si se llega a la etapa cuatro, la relación puede durar 16 años.

Los resultados se dividieron en: parejas felices que se mantienen casadas, parejas que se divorcias y parejas infelices que se mantienen casadas.

Gottam enseña que las relaciones de pareja necesitan trabajo, porque estar enamorado no es un estado ni estable ni permanente.

DesdeLaPlaza.com/ Semana/ KH