Los 18 discos para empezar a escuchar rock

El rock es un estilo de vida. Por lo tanto, ser rockero es mucho más que solo escuchar rock. Para quienes lo ven a uno como un bicho raro, bien sea por cómo se viste o sencillamente por «la bulla esa» que uno oye, muchas veces lo ven como una fase de la vida que eventualmente debe pasar porque hay que madurar. Sin embargo, para quienes nos sentimos apasionados por este género musical, sabemos que en el rock hay esencia, significado y sentimiento suficiente para darle significado a la vida (musicalmente hablando).

Este 13 de julio es el Día mundial del Rock y, para celebrarlo como se debe, les he traído una lista de discos que sirve a todos: para quienes conocen el género, repasar los discos que marcaron un hito en su historia. Y para quienes no lo conocen, pues una buena guía para empezar. Solo voy a aclarar lo siguiente: esta lista es totalmente subjetiva y no tiene ningún orden específico, yo mismo estoy consciente de que aquí faltan muy buenos artistas y muy buenos discos. Sin embargo, consideré estos albumes por su relevancia y por el aporte que hicieron al rock en el momento que fueron lanzados. Comencemos.

Abbey Road – The Beatles

¡Por supuesto! Es imposible pasar por el rock y no pasar por The Beatles. Ellos no inventaron el rock, no lo hicieron célebre, pero lo que sus canciones aportaron al género aún tiene repercusiones hoy en día. Los más fanáticos del grupo me dirán que su mejor disco es Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club, o Let it be, o Yellow Submarine, o Revolver. Algunos lo miden por la cantidad de «clásicos» que tiene cada disco. Pero puedo decirles que con los Beatles aprendí dos cosas muy importantes: 1.- el mejor disco de The Beatles es último que escuchaste y 2.- todos los discos de ellos tienen algún clásico.

Los 4 de Liverpool innovaron y rompieron esquemas desde el principio, pero escogí Abbey Road básicamente porque es el disco más logrado de ellos, el mejor producido, el más limpio, el más maduro y, además, el último que grabaron. Tiene varios datos interesantes: su portada tiene la foto más icónica del grupo, cruzando la calle al final de Abbey Road, justo frente a los estudios donde grabaron este y varios discos (aparte de varios músicos británicos legendarios). George Harrison popularizó el uso del sintetizador Moog en Here comes the sun. Y, por último, la canción Her majesty fue agregada «accidentalmente» en la mezcla final del disco cuando la portada y todo el arte ya se había impreso, lo que la convirtió, sin querer, en una de las primeras «canciones ocultas» de la historia del rock.

Are you experienced? – Jimi Hendrix

Cuando Jimi Hendrix lanzó su primer disco en 1967 cambió para siempre la forma en que los guitarristas se acercaban al rock. Osada e irreverente era la manera de tocar de Hendrix, que marcó para siempre a generaciones de guitarristas por venir. Rápidamente se volvió famoso a lo largo de Europa y no tardó mucho en «saltar el charco», hasta ser uno de los actos protagónicos del Festival de Woodstock en 1969. Vale acotar que Jimi lanzó su carrera en Inglaterra, de la mano del productor Chas Chandler, ya que en su tierra natal nadie le estaba prestando mucha atención cuando empezaba a tocar sus solos salvajes.

Are you experienced? impactó tanto porque reúne 3 cosas fundamentales para esa época en sus canciones: rock, blues y sicodelia. Por donde lo quieras ver, es un referente.

The Doors – The Doors

Hendrix fue un alto exponente del rock sicodélico, pero no podemos hablar de este estilo sin mencionar a The Doors, los monarcas de esta tendencia en California junto a otros grandes como Grateful Dead y Jefferson Airplane. Sin discusión, Jim Morrison es un ícono del rock y de la música en general, despedido muy pronto para formar parte del club de los 27.

Poesía, intensidad y rock and roll son la mezcla con la que los californianos se estrenaron en su primera placa y que contienen algunos de los grandes clásicos del género como Break on through, Light my fire y The End. 1967 fue la fecha de nacimiento de este gran álbum que es obligatorio en cualquier colección rockera.

IV – Led Zeppelin

¡Puro ROCK! Este fue el primer disco que oí de Led Zeppelin y eso bastó para enamorarme. Una de las tantas bandas legendarias que parió Inglaterra y la que, a mi juicio, fue la madre de las grandes bandas de hard rock que vinieron después. Era una amalgama perfecta entre la voz penetrante de Robert Plant, las guitarras potentes y melodiosas de Jimmy Page, la batería omnipresente de John Bonham y los bajos discretos y precisos de John Paul Jones.

IV, que es un nombre a decir verdad genérico pues Plant se negaba a ponerle nombre a sus discos y las disqueras siempre lo pelearon, es un clásico de clásicos. Muchos dirán que elegí esta placa solo porque contiene Stairway to heaven, pero a decir verdad este es un disco sin pérdidas. Arrancar con Black dog y finalizar con When the leeve breaks (temazo), en un intenso paseo de apenas 8 canciones, es toda una experiencia sensorial. Les recomiendo sentarse con calma a oírlo y preferiblemente con audífonos, aislados de todo lo demás.

The Dark side of the moon – Pink Floyd

Seré sincero: entrarle a Pink Floyd con Dark side of the moon es algo bastante denso, yo particularmente prefiero la época de Syd Barret (cantante y fundador), pero este disco es una joya y no se puede negar. El 1 de marzo de 1973 se lanzó el octavo disco de los británicos, rápidamente ascendió al olimpo del rock y se convirtió en referencia obligada del rock progresivo.

Experimentación, concepto y ambientación son las mejores palabras para definir el disco del prisma. Y a eso se parece, entras al disco como un rayo de luz y sales como un arcoiris. La música de Pink Floyd no es para cualquier oído, y no lo digo de forma pedante ni despectiva: oír a estos músicos significa prestar atención a lo que quieren que sintamos. Sus temáticas son densas, meláncolicas y muy humanas, aunque siempre me pareció mezquino hablar de problemas mentales luego de expulsar a Syd Barret, pero muchos lo ven como un homenaje al gran cerebro que dio nacimiento a esta banda.

Van Halen – Van Halen

El 10 de febrero de 1978 se estrenó esta banda estadounidense que marcó a innumerables generaciones de músicos alrededor del mundo. Van Halen es un disco enérgico, dinámico y sin descanso. Lo primero que llamó la atención al empezar a reproducir su música es su guitarra caprichosa, protagónica y muy chillona. Lo que Eddie Van Halen presentó al mundo fue un talento explosivo y cautivador que creo que para ese momento solo habían demostrado Hendrix y Ritchie Blackmore.

Solo basta oír Eruption, la segunda pieza del disco, para entender que no era juego lo que sonaba ahí. Además, Van Halen estrenó la técnica del tapping (pulsar las notas en el mástil con ambas manos) y tal era el misterio que en sus primeros conciertos tocaba de espaldas para no revelar el secreto. Ahora ¿qué guitarrista no hace tapping hoy en día? Este es un disco sin pérdida, hasta con versiones de lujo.

Ramones – Ramones

Ramones era el grupo marginado.  Nadie creía en ellos. Por allá por los 70 se inauguró un antro en Nueva York llamado CBGB que vio nacer y pasar a muchos grandes rockeros y Hilly Crystal, su fundador, le dijo a los Ramons que eran muy malos, que nadie iba a querer comprar un disco de ellos. Sin embargo les abrió la tarima y arrancó su carrera hasta convertirse en una de las bandas icónicas del punk y del rock en general.

El 23 de abril de 1974 lanzaron su disco homónimo con piezas que bebían mucho de ese estilo rebelde y rudo que venía de grupos ingleses como The Stooges y The Velvet Underground. Ramones no inventó el punk, pero se convirtieron en referente del estilo, sobre todo para las bandas estadounidenses. Su primer disco es la síntesis perfecta de este género: canciones rápidas, cortas y que van al grano. Nadie pierde tiempo oyendo punk.

Black Sabbath – Black Sabbath

Si Led Zeppelin es la madre del hard rock que vino después, entonces Black Sabbath es la madre del heavy metal y difícilmente cualquier metalero a partir de esa fecha pueda haber escapado de la influencia de los Sabbath. El 13 de febrero de 1970, cuando este disco salió, también cambió para siempre la forma de aproximarse al rock. Hasta ese momento es complicado hablar de «rock pesado», pues Sabbath introduce un sonido y un ambiente en sus canciones nunca antes oído.

La experiencia empieza desde la vista pues la portada del disco, obscura y tentadora, nos muestra a una mujer con aspecto fantasmagórico. Luego, unas campanadas de fondo en medio de una tormenta eléctrica dan entrada a armonías lúgubres. No es de extrañar que los sectores puritanos de la época hayan tildado a la banda de «satánicos», pero como bien demuestra la historia del rock, banda que es tildada de satánica salta inmediatamente a la fama y esta no fue la excepción. Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward dieron con la fórmula perfecta para el heavy metal y todas sus variantes. Si no se puede pasar por el rock sin pasar por The Beatles, no se puede pasar por el metal sin pasar por Black Sabbath.

A night at the Opera – Queen

¿Qué puedo decir de La Reina que no se haya dicho ya? Queen es, para mí, el equilibrio perfecto entre los estridente y lo sublime y A night at the Opera es la cúspide de esa representación. Un disco teatral, histriónico, operático y muy rockero. Tomando lo mejor de ambos mundos, a ratos pareciera que oímos armonías propias de los Beatles y luego irrumpen las guitarras de Led Zeppelin. El contrapunteo entre la voz de Freddy Mercury y los solos de Brian May son sencillamente magistrales.

Así como con los Zeppelin, muchos dirán que escogí este disco porque contiene a Bohemian Rhapsody, pero el más grande clásico de Queen en este disco es una pieza de un gran engranaje donde, a mi juicio, el mayor peso se lo lleva Mercury que marcó una forma de cantar rock and roll que todo buen cantante busca emular. Las otras que recomiendo de este disco son 39, Love of my life y You’re my best friend.

Back in Black – AC/DC

Hay que tener cuidado al hablar de AC/DC, porque más que una banda de culto es casi como una religión. Seguramente los fanáticos de esta banda que me estén leyendo refuten rápidamente la elección de Back in black en vez de Highway to hell o algún otro donde cantara Bon Scott, pero lo que significa Back in black para esta banda y para el rock no tiene parangón. Los más grandes clásicos de estos australianos los contiene esta placa.

En 1980, Brian Johnson se estrenó como vocalista de la agrupación luego de la trágica muerte de Bon Scott ese mismo año. Y no pudo llegar en mejor momento pues lo que vino con este disco fue una avalancha. No en vano es el segundo disco más vendido en la historia, luego de Thriller de Michael Jackson, lo que los convierte en dueños del disco de rock más vendido en la historia. Pero no se trata solo de un tema de ventas. No hay dudas de que este disco iba a llegar a la cima con la voz de Bon Scott, pero Johnson imprimió un sello muy particular con su voz rasposa y la dejó plasmada en grandes clásicos de la banda como Back in black, You shook me all night long o Shoot to thrill.

Kill ‘em all – Metallica

Los muchachitos de San Francisco ya habían decidido que su primer disco se llamaría Metal up you ass, pero la disquera no estuvo de acuerdo y cuando le preguntaron a James Hetfield (cantante) qué harían, él respondió: ¡Mátenlos a todos! Y así se bautizó el disco: Kill ‘em all. Los fanáticos más puristas de Metallica tal vez me reprochen que no haya escogido Master of Puppets o …And justice for all, pero este disco tiene dos particularidades que a mi parecer lo ubican entre los esenciales del rock.

Lo primero que hay que decir es que esta placa estrenó públicamente la era del trash metal en 1983. Si bien este género ya dominaba una escena urbana, este disco fue el que lo hizo conocido. No estoy muy seguro de esta afirmación, pero digamos que está consensuado: Metallica es la madre del trash metal y este disco es la síntesis perfecta de este estilo. La otra característica que lo diferencia de sus otras producciones es que aquí, aunque brevemente, participó Dave Mustaine (fundador de Megadeth) y les digo que se nota. Los otros genios lo expulsaron porque no toleraban su carácter. Rapidez, crudeza, estridencia, agresividad, todo lo bueno del trash está en este disco.

Canción Animal – Soda Stereo

Soda Stereo es la banda de rock más importante de Latinoamérica. Y lo asevero así porque creo que es difícil de discutirlo. Lo que The Cure representó para el rock alternativo después de los 80, Soda Stereo lo representó en el continente y me atrevo a afirmar que es difícil conseguir una banda actualmente de este estilo que no se parezca a ellos. Los argentinos marcaron un estilo ineludible, sencillo, directo y emotivo.

Un buen fanático de esta banda te diría que Canción Animal es «bueno, bueno, bueno». No tiene pérdida, además de contener grandes clásicos del trío como Canción Animal, Té para tres, Entre caníbales y la eterna Música ligera. Aunque la grandeza de Soda es innegable, pienso que Cerati siempre escondió su gran talento como guitarrista en sus composiciones y pocas veces lo demostró realmente, a excepción del Unplugged. El rock en español es un mundo aparte y probablemente amerite un conteo aparte, pero este disco entra aquí porque es esencial también en cualquier colección rockera.

Nevermind – Nirvana

Así como Metallica inauguró la era del trash metal en los 80, Nirvana la enterró y dio paso a la era del grunge que dominó hasta finales del siglo pasado. Nevermind es el segundo disco de los de Seatle, en donde además se estrenó Dave Grohl en la batería y es un disco sin pérdida también. Aunque no todas las piezas fueron difundidas comercialmente, es sin duda un disco de clásicos. La locura que significó Smell like teen spirit es difícil de contar. El video me cansé de verlo en su momento y expuso todo el desparpajo que musicalmente representó la década de los 90.

Música directa, sencilla, sin muchos adornos, pero mucho mucho sentimiento y bastante oscura. Es difícil encontrar una banda de grunge que no se parezca a Nirvana, con la salvedad de Pearl Jam.

Follow the leader – Korn

Vamos en seguidilla: Si Nirvana enterró el heavy metal, entonces a finales de los 90 Korn enterró el grunge y dio nacimiento al new metal. Una ola extraña del metal que se mantuvo más o menos hasta finales de los 2000 y que significó un cambio notorio dentro de las tendencias más pesadas del metal pues mezclaba un poco del grunge y el groove metal de Pantera con elementos urbanos del hip hop y la música electrónica.

Follow the leader fue el tercer álbum de Korn, lanzado en agosto de 1998. Ya a estas alturas eran conocidos y se sabía del new metal, pero este disco selló definitivamente el estilo que llegaría con la entrada del nuevo milenio. Voces iracundas, bajos portentosos, baterías muy técnias y guitarras muy muy pesadas. Follow the leader tiene 12 piezas de puro silencio y la música arranca en la pista 13 con It’s on! Sin duda, la placa mejor lograda de Korn, sin pérdidas y de una densidad única. Al igual que pasó con Nirvana y el grunge, no hubo una sola banda de new metal que no se pareciera a Korn y tal vez fue eso lo que condenó rápidamente este estilo a su muerte prematura.

Scenes from a memory – Dream Theater

Todo lo bueno del rock progresivo y el heavy metal lo condensa Dream Theater en el virtuosismo de sus integrantes. Lo que Pink Floyd y King Crimson representaron para el rock progresivo en los 70, Dream lo rescata y lo pone al ruedo nuevamente a partir de los 80 y con más ahínco en los 90. Este disco se llama realmente Metropolis pt 2: Scenes from a memory y fue lanzado el 26 de octubre de 1999. Lo recuerdo como si fuera ayer.

Es un álbum conceptual que cuenta la historia de una regresión, siendo cada una de sus 12 canciones un acto que va entre el presente y el pasado del protagonista. Como toda banda progresiva, Dream no es para cualquier oído, aunque me atrevo a decir que su música es mucho más amigable que el progresivo de los 70. Los neoyorquinos son posiblemente la más grande influencia de este género en la actualidad y este disco que es una joya, es una excelente forma de empezar a oírlos.

Rage against the machine – Rage against the machine

Rage against the machine representa algo único para el rock y a mi parecer es una de las bandas más originales que se pueden encontrar. No fue la primera en mezclar hip hop con rock pero la forma en que lo hizo fue perfecta. Pero además de ello, se alejan notoriamente de muchas bandas que andan por ahí por sus letras: de verdadera izquierda y protesta política, siempre cantaron en contra del mismo sistema que los vio nacer.

Oir este disco por primera vez en 1992 fue revelador e impresionante. Letras contundentes (Wake up, Know your enemy, Take the power back), vocalizaciones enérgicas y unas guitarras que distinguen a Tom Morello como un guitarrista muy talentoso y original. De hecho, en la última página del «librito» del disco aclaran que todos los sonidos hechos por las guitarras son tocados por Morello y no son efectos sintetizados. Para entender lo que les digo, solo oigan esta obra maestra, pero eso sí, leyendo las letras.

Vulgar display of power – Pantera

¡Y por último pero no menos importante! Pantera. Aquí no hubo nada de objetvidad: Cierro esta lista con ellos sencillamente porque es mi banda favorita de todos los tiempos, pero también porque son padres de un estilo que fluyó sin conflictos en los 90 a la par del grunge y otras especias que surgieron en esa década extraña. Vulgar display of power fue el sexto disco de la banda, lanzado en 1992 y es el segundo de la etapa de Pantera en la que se volvió realmente pesada y extrema.

Lo que nos presentaron los tejanos en esta placa marcó un hito para todo lo que vino después. Bautizado como groove metal, cualquier banda metalera que vino después bebió de este estilo, lo tocaran o no en su totalidad. Es una mezcla perfecta entre la agresiva voz de Phil Anselmo, la batería sísmica de Vinnie Paul, el bajo voluminoso de Rex y las virtuosas guitarras de Dimebag Darrel. Como todo disco sin pérdida, está llenos de clásicos de principio a fin. Para los amantes del metal más pesado, los dejo con Pantera. ¡Feliz día del Rock!