Senado argentino rechazó el proyecto para legalizar el aborto

El Senado argentino rechazó con 38 votos por el no y sólo 31 por el sí el proyecto para legalizar el aborto hasta la semana 14 que ya había aprobado la Cámara de Diputados en junio, por lo que se mantiene como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel gracias a la ley vigente, que data de 1921, y que permite la interrupción del embarazo solo en caso de violación o riesgo de vida para la madre.

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, fue el que habilitó por primera vez el debate parlamentario sobre este tema, pero Cambiemos (coalición que encabeza) fue la que más votos aportó en contra para rechazar la iniciativa. Esta decisión dejó sin habla a las miles de personas que estaban a favor del aborto legal que se encontraban en la plaza.

Gracias a la victoria en la Cámara de Diputados y la multitudinaria movilización que acompañó al ‘sí’ el pasado 14 de junio, se pensó que podría imponerse también en el Senado que es mucho más conservadora. Pero la presión de la Iglesia católica y los evangélicos ganó terreno.

Los senadores antes de dar su voto en contra se escudaron tras sus creencias religiosas y la necesidad de salvar las dos vidas (la de la madre y la del feto) para justificarlo.

Algunos de los que estaban a favor de la ley denunciaron la presión de la Iglesia. «Ayer, en mi cuenta de WhatsApp recibí una enorme cantidad de mensajes que, en nombre de Dios, me calificaban de manera irreproducible. Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos», dijo el senador Pedro Guastavino.

De los grandes partidos presentes en el Senado, sólo el kirchnerismo votó mayoritariamente a favor aunque Cristina Fernández de Kirchner, cuando estuvo en la presidencia, se opuso al tema de legalizar el aborto pero, explicó por qué ahora apoya la iniciativa.

«No fue por mi hija que cambié de opinión. Las que me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Esta ley no va a salir esta noche, no saldrá este año, pero saldrá el que viene o el otro», dijo Kirchner.

Mantener el aborto como un delito no evita que numerosas mujeres decidan interrumpir embarazos no deseados en Argentina que, según estimaciones extraoficiales, entre 350.000 y 450.000 mujeres abortan cada año en ese país en la clandestinidad y recurren a médicos no profesionales o métodos peligrosos como sondas, perchas, agujas de tejer y hasta tallos de perejil.

«Es doloroso que no nos escuchen, que hablen de intervenciones quirúrgicas cuando las mujeres hoy abortan en casa con misoprostol», expresó Clara, una estudiante universitaria de 20 años.

Ahora para que se vuelva a tocar el tema en el Congreso se tiene que esperar un año, pero la reivindicación a favor del aborto legal seguirá en las calles gracias al apoyo de los jóvenes que han sido el gran motor de esta campaña.

DesdeLaPlaza.com/El País/KM