Conoce la Megarexia, lo contrario a la anorexia

Muchas personas sufren de anorexia (aquellos extremadamente delgados, pero se perciben obesos) y existen campañas con el objetivo de prevenirla. También existe un trastorno alimenticio, menos común, y que es justo lo contrario y recibe el nombre de megarexia.

Las personas con este trastorno no son capaces de percibir el excesivo sobrepeso de su cuerpo, encontrando su físico agradable y, más bien, llevan una vida descuidada, una alimentación poco balanceada, y desconocen que están poniendo en riesgo su salud.

¿De qué se trata?

El nutricionista español, Jaime Burgos, fue quien denominó megarexia al desorden alimenticio que consiste en ser obeso sin querer admitirlo. En pocas palabras, se trata de una distorsión en la percepción de la imagen corporal de sí mismo, que tiene un origen psicológico causado por el aumento de peso y la malnutrición.

Trastorno en aumento

La obesidad es un fenómeno en aumento a escala mundial

A pesar de que se trata de un desorden menos conocido que la anorexia o la bulimia, no significa que sea menos grave. Desafortunadamente, hoy en día la obesidad es un fenómeno en aumento a escala mundial  (afectando aproximadamente a 500 millones de personas), por lo que existe una gran posibilidad de que muchos individuos con sobrepeso sean megaréxicos no diagnosticados.

Características

Una persona con megarexia puede tener una imagen positiva de sí misma, y sentirse de lo mejor. Tampoco se preocupa por incluir alimentos balanceados en su dieta, más bien suele ingerir frituras, carbohidratos, grasas, dulces, y aquellos alimentos que aportan “calorías vacías” (poco aporte nutritivo).

Por esta razón, comienza a aumentar significativamente de peso, y hasta puede llegar a padecer de anemia, a causa de una ingesta escasa de nutrientes.

Consecuencias

■ Síndrome metabólico.

■ Diabetes mellitus.

■ Enfermedades cardiovasculares.

■ Apnea del sueño.

■ Falta de energía.

■ Incapacidad para mantener una vida activa.

Tratamiento delicado

Como sucede con otros trastornos alimenticios, es necesario que el paciente reconozca que tiene un problema.

Sin embargo, como este no coincide con la percepción que la persona tiene de su imagen, es difícil que lo pueda percibir y, lo más probable, es que requiera de una orientación psicológica; para ello, es importante el apoyo de los familiares y amigos. También necesitará la ayuda de un nutricionista que le indique las pautas necesarias para llevar una buena alimentación.

La mejor manera de evitar los trastornos alimenticios es establecer un estilo de vida sano, que incluya la práctica de ejercicio físico regular y una dieta equilibrada, en la que no falte ningún alimento, pero que limite al máximo la ingesta de productos hipercalóricos y poco nutritivos.

De igual manera, se debe encontrar el gusto por la imagen personal, sin que el físico varíe drásticamente, para evitar conductas peligrosas en los hábitos alimenticios.

DesdeLaPlaza.com / JT